Si ya has experimentado lo que se siente al ponerse unas gafas de Realidad Virtual, sabrás de lo que te estamos hablando. Esa sensación de náusea que experimentas sobre todo si se trata de un vídeo 360º con demasiado movimiento. Bien, pues unos investigadores de la Clínica Mayo han descubierto cómo remediarlo.
El problema reside en tu cerebro: Tus ojos transmiten información de movimiento pero tu oído interno dice que de eso nada… Y ahí empiezan los problemas, hasta que, o te quitas las gafas o acabas «flipándote» encima. Se llama Virtual Reality Sickness (o «Cinetosis Virtual»), lo que viene siendo un mareo o náusea provocados por el movimiento, pero en este caso virtual.
Don’t panic! Unos investigadores de la clínica Mayo han dado con la solución: Pequeños electroshocks dirigidos en el mismo sentido en el que se mueve el vídeo 360º para guiar a tu oído interno, y que tu cerebro empareje las imágenes que percibe con él.
Suena más peligroso de lo que es, pero además es que habría que añadir a las gafas o visores de Realidad Virtual unos electrodos situados estratégicamente y alineados perfectamente con cada cabeza. Difícil, sobre todo de vender al gran público.
Aún así, la clínica Mayo ha otorgado la licencia de sus investigaciones a una compañía de Los Ángeles (de dónde si no) llamada vMocion, así que quizá deje de parecer ciencia ficción para convertirse en realidad. Virtual, claro.